Propósito Economía

La "economía de propósito" o la Iniciativa de Propiedad Responsable (iniciativa VGE para abreviar) aporta un impulso fresco y concreto a nuestra reflexión. Una reciente contribución de ARTE (título: "Re: Mehr Sinn statt Gier - Kapitalismus neu gedacht") lo presenta. Se trata, en definitiva, de que una empresa defienda un propósito: la "idea" o "propósito" de una empresa debe pasar a primer plano. 

Hoy en día, las empresas suelen ser propiedad privada de unos pocos (a menudo en el caso de las empresas familiares) o de muchas personas (a menudo en el caso de las sociedades anónimas). Un problema existencial suele surgir cuando las personas adquieren poder sobre el destino de una empresa (por ejemplo, por herencia o compra), pero no quieren o no pueden seguir dirigiéndola (por ejemplo, porque no tienen la capacidad empresarial para hacerlo). La empresa se hunde, se desangra o simplemente sirve de objeto de especulación financiera.

Las personas que están detrás de la Iniciativa de Propiedad Responsable quieren evitar que esto ocurra creando una nueva forma jurídica corporativa que facilite una normativa adecuada que vincule el capital de la empresa a las personas que se identifican con ella. 

Esta iniciativa apunta en la dirección correcta. He aquí por qué lo veo así:

El capital siempre está ligado al espíritu

La característica del capital -y aquí nos referimos principalmente al capital empresarial- es que se crea con "ideas" y con "ideas" se transforma a su vez en acciones económicas concretas. La iniciativa VGE da el paso correcto al vincular el capital de las empresas con el propósito o los "valores" de los empresarios. Así, la gestión del capital entra en el ámbito de la Vida Espiritual Libre (cf. Tres plegables) donde debe estar.

Entender la empresa como un proyecto comunitario

Las empresas son como "economías internas" donde los "compañeros" trabajan juntos para producir bienes y servicios. Uno de los grandes errores de pensamiento, desgraciadamente persistente, aún hoy en día, es creer que el trabajo a cambio de un salario es una realidad. Pero esto es imposible, porque en la vida económica sólo se compran y venden bienes, o más exactamente, valores económicos. Cada empleado es en realidad un "productor" que trabaja proporcionalmente en el producto final de la empresa. Este producto final, la mercancía, es el objeto de la vida económica. No el trabajo en sí. La iniciativa VGE da un paso en la dirección correcta en este sentido, ya que la mayoría de las acciones de la empresa sólo podrán entregarse a los empleados de la misma.

Es interesante que esta "propuesta de solución" para importantes problemas económicos surgiera de las acciones concretas de los empresarios y no proviniera del pensamiento puro, es decir, no de la ciencia económica. Aunque falte claridad en el pensamiento para las verdaderas razones, la iniciativa VGE es un avance valioso y vale la pena apoyarla. ¡Deseo que la "toma de conciencia" de las razones más profundas de esta iniciativa se despierte a lo largo de su aplicación!

Oliver, 11 de noviembre de 2020

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